HOY TOMARÉ EL VERMUT
Autor: Montse Grao
ISBN: 9788412749205
Editorial: Karla I. Herrera
Género:
IBIC: DCF Poesía de poetas individuales
$370.00 MXN
Acostumbrados a una poesía directa, frontal, en sus libros anteriores, esta vez Montse Grao amplía el espectro de su voz poética para entregarnos una poesía política escrita desde la intimidad de una experiencia traducida a poesía militante, pero no poesía basta, sino poesía en la que el grito se alterna con la mediavoz, con un silbo que se sabe igual de potente que el mayor de los estruendos. Montse sabe que no por gritar más fuerte la bestia nos escucha mejor. Sabe que la mujer sentada con sus hijos y sus pocas pertenencias en un quicio posiblemente sea un grito más poderoso y elocuente que todas las consignas de una muchedumbre que se manifiesta. Sabe que se puede hacer de un poema una plaza donde se reclaman unos derechos conculcados, no reconocidos, violentados, pero que el poema también puede susurrar verdades inobjetables, y no por tenue vale menos o es menos efectivo. Este libro es, de alguna manera, un réquiem por todas las mujeres víctimas de la violencia machista, pero también es un reposicionamiento político a favor de la vida per se y de la vida de las mujeres, como corresponde a una poeta comprometida con esta causa, por lo cual vuelve para «Retomar la palabra / para lanzarla al viento, para que no quede una voz en el olvido», porque «Hay mucho que decir», porque finalmente no acepta callar su voz, siendo que «el silencio es el miedo de las desesperadas» y «Nosotras tenemos el deber de la denuncia, / exigir libertad / para nuestras hermanas de alas rotas… »
Descripción
Acostumbrados a una poesía directa, frontal, en sus libros anteriores, esta vez Montse Grao amplía el espectro de su voz poética para entregarnos una poesía política escrita desde la intimidad de una experiencia traducida a poesía militante, pero no poesía basta, sino poesía en la que el grito se alterna con la mediavoz, con un silbo que se sabe igual de potente que el mayor de los estruendos. Montse sabe que no por gritar más fuerte la bestia nos escucha mejor. Sabe que la mujer sentada con sus hijos y sus pocas pertenencias en un quicio posiblemente sea un grito más poderoso y elocuente que todas las consignas de una muchedumbre que se manifiesta. Sabe que se puede hacer de un poema una plaza donde se reclaman unos derechos conculcados, no reconocidos, violentados, pero que el poema también puede susurrar verdades inobjetables, y no por tenue vale menos o es menos efectivo. Este libro es, de alguna manera, un réquiem por todas las mujeres víctimas de la violencia machista, pero también es un reposicionamiento político a favor de la vida per se y de la vida de las mujeres, como corresponde a una poeta comprometida con esta causa, por lo cual vuelve para «Retomar la palabra / para lanzarla al viento, para que no quede una voz en el olvido», porque «Hay mucho que decir», porque finalmente no acepta callar su voz, siendo que «el silencio es el miedo de las desesperadas» y «Nosotras tenemos el deber de la denuncia, / exigir libertad / para nuestras hermanas de alas rotas… »
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