Noticia de una huída
Autor: Francisco García Hidalgo
ISBN: 9788418112485
Editorial: Libros Indie
Género:
$562.00 MXN
¿Por qué Vicente Navarro debía de morir? Era la pregunta que me rondaba la cabeza cada vez que me sentaba al ordenador, o echaba un vistazo al borrador de la novela, encuadernado sobre la mesita auxiliar. ¿Para castigar la osadía, la rebelión? Pero si le dejaba vivir no tenía historia: otro tipo corriente y frustrado, derrotado por los miedos, que sueña con lo que pudo ser mientras mira aburrido la falsa realidad en la televisión, ¿qué me quedaba? Un señor mayor que, a la edad en la que muchos de su generación llenan las salas de espera de los ambulatorios y los hospitales con achaques varios, o cangurean nietos en los parques, conoce a una mujer más joven en la ciudad de su infancia, se enamora, abandona, su vida personal, sus proyectos, su casa y sus ilusiones por pegarse a ella para vivir a su sombra, se casan y comienzan una vida corriente de pareja madura, hasta que Vicente se empieza a sentir como una especie de secretario con derecho a roce que, además, colabora en las tareas domésticas. Descubre que se le escapa la vida, agobiado por la situación, intenta romper con todo, olvidar el qué pueda pensar la gente o la familia; decide dejar de sentirse responsable de la felici- dad de los demás en lugar de la suya, y, entonces, recuperando las ilusiones y las ganas de vivir de la juventud, cuando debería estar pensando en reservar plaza en un geriátrico, lo deja todo y se marcha buscando su ‘El Dorado’ en unas remotas islas nórdicas, pero, en el camino siente pánico a la libertad y trata de regresar sensatamente vencido, al redil, aunque algo se tuerza en el intento. Esa debía de ser la novela, pero a la ficción se le impone la realidad ¿o es al contrario?
¿El sacrificio en aras de la seguridad o la libertad con sus peligros? ¿Hay una edad en la vida para tomar decisiones que comprometan el futuro siempre incierto, o por el contrario cualquier tiempo es bueno? Vicente Navarro lo hizo.
Descripción
¿Por qué Vicente Navarro debía de morir? Era la pregunta que me rondaba la cabeza cada vez que me sentaba al ordenador, o echaba un vistazo al borrador de la novela, encuadernado sobre la mesita auxiliar. ¿Para castigar la osadía, la rebelión? Pero si le dejaba vivir no tenía historia: otro tipo corriente y frustrado, derrotado por los miedos, que sueña con lo que pudo ser mientras mira aburrido la falsa realidad en la televisión, ¿qué me quedaba? Un señor mayor que, a la edad en la que muchos de su generación llenan las salas de espera de los ambulatorios y los hospitales con achaques varios, o cangurean nietos en los parques, conoce a una mujer más joven en la ciudad de su infancia, se enamora, abandona, su vida personal, sus proyectos, su casa y sus ilusiones por pegarse a ella para vivir a su sombra, se casan y comienzan una vida corriente de pareja madura, hasta que Vicente se empieza a sentir como una especie de secretario con derecho a roce que, además, colabora en las tareas domésticas. Descubre que se le escapa la vida, agobiado por la situación, intenta romper con todo, olvidar el qué pueda pensar la gente o la familia; decide dejar de sentirse responsable de la felici- dad de los demás en lugar de la suya, y, entonces, recuperando las ilusiones y las ganas de vivir de la juventud, cuando debería estar pensando en reservar plaza en un geriátrico, lo deja todo y se marcha buscando su ‘El Dorado’ en unas remotas islas nórdicas, pero, en el camino siente pánico a la libertad y trata de regresar sensatamente vencido, al redil, aunque algo se tuerza en el intento. Esa debía de ser la novela, pero a la ficción se le impone la realidad ¿o es al contrario?
¿El sacrificio en aras de la seguridad o la libertad con sus peligros? ¿Hay una edad en la vida para tomar decisiones que comprometan el futuro siempre incierto, o por el contrario cualquier tiempo es bueno? Vicente Navarro lo hizo.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.