La escasísima prole que ignora los relojes

Descripción

Es sencillo dejarse mecer por la suave cadencia de muchas de las historias que anidan en este libro y comprender, por ejemplo, a esa mujer que divaga mientras hace un crucigrama en «Empieza por ele». O sobrecogerse con el comportamiento de Juan de Lamadrid en «¡Qué bonito es el amor!» Incluso compadecerse de la anciana recluida en la residencia que espera impaciente la visita de su hijo en «El retruécano»… Puede que lleguemos a vislumbrar el mecanismo aterrador que empuja a una persona a amputarse los dedos de la mano en «Maloik» y a buen seguro que nos conmoveremos con ese marido que no sabe sobreponerse a la muerte de su mujer y deja que sean sus tres hijas las que se hagan cargo del velatorio en «Teresa». También podría ocurrir que nos diéramos por aludidos ante la doble moral que suele encerrar la educación que damos a nuestros hijos y el miedo al qué dirán en «¡Estoy bañando a Pompita!».
Es innegable que la imaginación desbordante de Ángeles y Fernando se despliega a lo largo de los sesenta relatos que incluye este libro, treinta por cabeza. Como no van firmados individualmente, saber de qué mano ha surgido cada uno puede ser un juego divertido.
Cuando dos amigos y compañeros de estudios desde su juventud escriben buscando comprender y retratar el mundo que les ha tocado vivir y utilizan como recursos el humor, la ironía, la sorpresa o la indignación, lograrlo parece plausible, por más que sea una quimera.