Correspondencia con Horacio Quiroga
Autor: Ezequiel Martínez Estrada
ISBN: 9788498972917
Editorial: Linkgua Red Ediciones
Género:
IBIC: DB TEXTOS CLÁSICOS
$585.00 MXN
«Querido Estrada: (…) veo que su ánimo corre parejo con el mío. Ando con una depresión muy fuerte, motivada por el atraso en mi precaria salud…». Así comienza la última carta que Horacio Quiroga envió unos días antes de su suicidio a Ezequiel Martínez Estrada. Desde su retiro en plena naturaleza en la Cuenca del Plata, Quiroga encontró en Estrada un confidente ―un hermano, más que un amigo― con quien compartir y desahogarse. Cuestiones de índole práctico, cuitas sentimentales, agobio económico, reflexiones acerca de la música y la literatura… Todo ello va aflorando en unas misivas conmovedoras ―escritas entre el 19 de agosto de 1934 y el 9 de febrero de 1937―. Palpita en ellas la soledad, la estrecha economía, y las frustraciones de Quiroga durante los postreros años de su intensa vida. Antecede a las cartas un ensayo basado en las mismas, cuyo título, «El hermano Quiroga», anuncia el retrato íntimo que hace Estrada de un ser humano esencial y «descivilizado». Con él sintió compartir «una hermandad de sangre, una afinidad espiritual y una identidad de ser y de destino como solo se conocen en mitos y leyendas».
Descripción
«Querido Estrada: (…) veo que su ánimo corre parejo con el mío. Ando con una depresión muy fuerte, motivada por el atraso en mi precaria salud…». Así comienza la última carta que Horacio Quiroga envió unos días antes de su suicidio a Ezequiel Martínez Estrada. Desde su retiro en plena naturaleza en la Cuenca del Plata, Quiroga encontró en Estrada un confidente ¿un hermano, más que un amigo¿ con quien compartir y desahogarse. Cuestiones de índole práctico, cuitas sentimentales, agobio económico, reflexiones acerca de la música y la literatura… Todo ello va aflorando en unas misivas conmovedoras ¿escritas entre el 19 de agosto de 1934 y el 9 de febrero de 1937¿. Palpita en ellas la soledad, la estrecha economía, y las frustraciones de Quiroga durante los postreros años de su intensa vida. Antecede a las cartas un ensayo basado en las mismas, cuyo título, «El hermano Quiroga», anuncia el retrato íntimo que hace Estrada de un ser humano esencial y «descivilizado». Con él sintió compartir «una hermandad de sangre, una afinidad espiritual y una identidad de ser y de destino como solo se conocen en mitos y leyendas».
Valoraciones
No hay valoraciones aún.