Cuando estés enfermo cúrate por el crudivorismo
Autor: Profesor Nicolás Capo
ISBN: 9788482551418
Editorial: Los Libros de la Frontera
Género:
IBIC: VXH "Terapias complementarias, curación y salud"
$474.00 MXN
El crudivorismo o apirofagia, es decir, comer sin auxilio del fuego, mantiene nuestra salud y aleja el estado patológico que causan los alimentos adulterados por el calor del fuego que enferman las células y convierten al hombre en un pesimista, le hacen vivir excitado, nervioso y, por consiguiente, le acortan la vida.
La alimentación cocida es una doble causa de disminución de la vitalidad: por su reacción sanguínea y por el esfuerzo suplementario que impone al organismo.
Todos los alimentos cocidos por encima de la temperatura crítica provocan la leucocitosis. Entre los alimentos cocidos hay que distinguir los que se cuecen a fuego directo o al baño maría, a presión común, de los que son cocinados a presión elevada, al autoclave, los alimentos fabricados por medios industriales y modificados por agentes físicos o químicos, que están aún más seriamente alterados. Por lo tanto, nuestro organismo considera el alimento cocido como un agresor, contra el cual moviliza uno de sus más preciosos medios de defensa. El hombre cocina sus alimentos desde centenas de generaciones. Después de un lapso de tiempo tan considerable, no se ha adaptado a la alimentación cocida y hoy en día reacciona contra ella como lo hizo por primera vez, hace miles de años: enfermando.
Los alimentos crudos son los más fáciles de obtener, son los más sanos. Curan todas las enfermedades por graves que sean, dan optimismo y jovialidad a nuestro corazón, despejan el cerebro, purifican y limpian la sangre, vuelven más ágiles y distendidos los músculos…
¡Comed las suculentas manzanas y peras, comed con fruición higos y dátiles, ciruelas y plátanos, melones y sandías, sabrosisimas uvas moscatel y sonrosados fresones y melocotones. Abusad de las delicias de las naranjas. También están las ensaladas y las hortalizas que se pueden comer crudas.
¡Oh fragancia sublime de los dioses! ¿Por qué te han abandonado con ignominia los hombres?
Descripción
El crudivorismo o apirofagia, es decir, comer sin auxilio del fuego, mantiene nuestra salud y aleja el estado patológico que causan los alimentos adulterados por el calor del fuego que enferman las células y convierten al hombre en un pesimista, le hacen vivir excitado, nervioso y, por consiguiente, le acortan la vida.
La alimentación cocida es una doble causa de disminución de la vitalidad: por su reacción sanguínea y por el esfuerzo suplementario que impone al organismo.
Todos los alimentos cocidos por encima de la temperatura crítica provocan la leucocitosis. Entre los alimentos cocidos hay que distinguir los que se cuecen a fuego directo o al baño maría, a presión común, de los que son cocinados a presión elevada, al autoclave, los alimentos fabricados por medios industriales y modificados por agentes físicos o químicos, que están aún más seriamente alterados. Por lo tanto, nuestro organismo considera el alimento cocido como un agresor, contra el cual moviliza uno de sus más preciosos medios de defensa. El hombre cocina sus alimentos desde centenas de generaciones. Después de un lapso de tiempo tan considerable, no se ha adaptado a la alimentación cocida y hoy en día reacciona contra ella como lo hizo por primera vez, hace miles de años: enfermando.
Los alimentos crudos son los más fáciles de obtener, son los más sanos. Curan todas las enfermedades por graves que sean, dan optimismo y jovialidad a nuestro corazón, despejan el cerebro, purifican y limpian la sangre, vuelven más ágiles y distendidos los músculos…
¡Comed las suculentas manzanas y peras, comed con fruición higos y dátiles, ciruelas y plátanos, melones y sandías, sabrosisimas uvas moscatel y sonrosados fresones y melocotones. Abusad de las delicias de las naranjas. También están las ensaladas y las hortalizas que se pueden comer crudas.
¡Oh fragancia sublime de los dioses! ¿Por qué te han abandonado con ignominia los hombres?
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