Selvas de comida en la ciudad

Descripción

Prólogo para mis amigos, hijos de la tierra
Los estudios

El comienzo de esta línea de trabajo, investigación y forma de vida nació en el año 1978, cuando estaba en la Universidad en Chile, estudiando en la escuela de arquitectura en un taller de viviendas. Un día, viendo documentos sobre construcciones con material reciclado y otros (revista Cobijo en especial), me nacieron muchos interrogantes como tal estudiante de arquitectura, especialmente entre lo que me estaban enseñando en la universidad respecto a la vivienda y la realidad social de las viviendas en nuestro país, concretamente en las poblaciones marginales de los límites urbanos.
La indagación

Después de unos años, ya titulado como arquitecto, busqué la forma de integrar al proceso de diseño la participación de los usuarios con un método de juegos de simulación, luego la incorporación de la autoconstrucción como manera de crear la realidad y también la incorporación de tecnologías alternativas apropiadas y de bajo coste, incluyendo el uso de materiales reciclados, y un área muy importante que los arquitectos habitualmente dejamos fuera de nuestros diseños: la autoproducción de alimentos; y la gran pregunta que los arquitectos me nació allí fue ¿cómo se diseña con todas estas variables?
La Permacultura

Tras un largo proceso de búsqueda y experimentación conocí, en el año 1984, la metodología de diseño de la Permacultura que resolvía de una manera integral la forma de diseñar, donde se podían incorporar muchas variables no consideradas en el proceso de diseño universitario que me habían enseñando. De la Permacultura he estudiado sus métodos, experimentado con sus tecnologías y, lo fundamental, la he vivido. Hoy estamos nuevamente comenzando a trabajar a favor de la naturaleza y no en contra de ella, volviendo a re-crear lo que es la cultura permanente, aunque para hacer esto se requiere de muchas ganas de equivocarse, de volver a empezar y, nuevamente, volver a equivocarse hasta encontrar el punto donde todo comienza a crecer y a desarrollarse según el modelo inicialmente planificado. Se requiere tener humildad, paciencia y no olvidar que el gran trabajo que debemos volver a hacer es aprender a vivir en armonía con la naturaleza, porque la tierra es nuestro hogar común y la creación de un mundo sostenible para nuestros hijos y para las futuras generaciones es nuestra tarea compartida.
La conclusión

La nueva arquitectura urbana necesita crear lugares dentro de las ciudades para ayudar a la vida a desarrollarse, darle nuevamente el corazón donde la vida danza junto a los seres humanos, donde se une la mayor diversidad de especies de vida que existen en cada lugar, donde la gente urbana vuelve a encontrar el sentido de su vida; donde el arte, la meditación, la música comienzan a regocijar el alma, el encuentro consigo mismo; donde se vuelve a ser uno con el todo.

Finalmente, todo este gran trabajo es comenzar a sanar nuestra civilización y encaminarnos a una nueva forma de vivir. Nuestro desafío en el siglo 21 será cambiar el sistema de valores de la economía global para hacerlo compatible con la dignidad humana y la sustentabilidad ecológica. Esta es una empresa que trasciende todas nuestras diferencias de raza, de clase y de cultura. Hoy solo nos queda unir fuerzas y comenzar a rescatar lo poco que nos queda como cultura permanente en nuestros países y empezar a recrear nuestro futuro desde lo más profundo de nuestras almas; con la ayuda de la naturaleza podemos crear un mundo lleno de amor, paz y armonía para todos los seres que habitan este planeta. Así comenzó este largo camino de trabajo y esperanzas hasta el día de hoy…